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viernes, 25 de febrero de 2011

Entrevista al Padre Andres Tirado, Exorcista de la Iglesia Ortodoxa Sirio-Bizantina



MIÉRCOLES, 24 DE NOVIEMBRE DE 2010 10:25
Dos periodistas de elempleo.com, presenciaron el exorcismo de una persona poseída y cuentan de primera mano su experiencia.



"En este reino conviven dos poderes, dos reinos, el de Nuestro Señor Jesucristo y el Rey del Infierno, el enemigo; en ambos reinos hay poderes y protección a sus seguidores, sea a los hijos de la luz o a los hijos de las tinieblas, pero hay que dejar algo claro, el reino de la oscuridad nunca podrá destruir a los hijos de la luz" Biblia de Jerusalén, Evangelio de Juan 1-5, versión 1976.

La práctica del exorcismo es tan antigua como la misma historia del hombre. En la antigua Babilonia, los sacerdotes rompían una imagen de arcilla o cera que simbolizaba la figura del diablo. Por su parte, las religiones también realizaban diferentes rituales, por ejemplo, los hindús, exorcizaban a sus creyentes mediante el uso de humo de estiércol de vaca y cerdo, mientras que golpeaban al poseído, ofrecían monedas de cobre y oraban por la liberación de sus piadosos.

En la biblia también se encuentran referencias a la práctica del exorcismo y a la histórica dualidad entre Dios y el demonio. El nuevo testamento relata que Jesucristo expulsaba espíritus malignos a través de la oración y aunque, al mismo Jesús, no se lo consideraba un exorcista, este habría sido el principio de esta práctica.

La preparación para el ritual

El exorcismo en Colombia es un procedimiento poco conocido y son escasos los sacerdotes que se enfocan en esta área de trabajo, por lo qué las personas que sufren de diferentes síntomas de posesión muchas veces no saben a quién acudir.

En busca de conocer más sobre este tema, nos pusimos en contacto con el Padre Andrés Tirado Pérez, sacerdote experto en exorcismos, quien nos indicó que tenía una persona con síntomas de posesión, que había accedió a dejarnos presenciar el ritual en busca de guiar a otras personas que están en su misma situación y no saben dónde buscar ayuda.

"En el país el exorcismo es una cuestión muy complicada porque las diferentes religiones e iglesias no lo quieren aceptar. Hay muy pocos que se dedican a esto y los pocos que trabajan en esta rama, no tienen experiencia, no conocen y para esto se necesita un don, una fuerza", afirma el Padre Andrés Tirado Perez, presidente de la Corporación Tu Corazón y el Mío Para la Humanidad, y autor del libro "Como enfrentar al demonio y vencerlo".

El Padre, quien trata entre 30 a 50 casos anuales de posesión demoniaca, realiza este trabajo de manera gratuita, recibiendo únicamente una ganancia espiritual. En relación a los casos de posesión, la gran mayoría de ellos se dan debido a brujerías personales y trabajos negros mandados a hacer a terceros. La segunda razón más común son los casos de manipulación casera de cualquier tipo de invocaciones espirituales, junto con pactos directos con el diablo.

Nota completa

jueves, 24 de febrero de 2011

Primera sesión relatada del exorcismo de "Marta"




Domingo, 22 de septiembre de 2002
Exorcismo / Marta, la poseida
El exorcismo que yo viví en Madrid
El corresponsal religioso de EL MUNDO acude, incrédulo, al exorcismo que va a realizar un sacerdote autorizado por el Vaticano. Pero queda conmocionado al ver lo que le sucede a la joven poseída por el diablo
José Manuel Vidal
-"Hic est dies" (éste es el día), dice el exorcista con el crucifijo en la mano.
-No, responde una voz ronca de hombre que sale de la garganta de la posesa, una preciosa chica de 20 años.
-"Exi nunc, Zabulon", (sal ahora, Zabulón), repite el sacerdote.
-No.
-¿Por qué no quieres salir?
-Para servir de testimonio.
-¿De testimonio de qué?
-De que Satanás existe.
Se corta la tensión en el ambiente penumbroso de la capilla. Satán luchando contra Dios. Una batalla a la que asisto atónito y en primera fila por primera vez en mi vida. "Esta debe de ser la razón por la que me invitó a presenciar el exorcismo. El diablo quiere publicidad", pienso en medio del shock. Mi mente gira a toda velocidad. Estamos en el clímax de un ritual que, hasta ahora, no encajaba en mis esquemas. Y eso que en el seminario los curas siguieron alimentando mi miedo infantil al Maligno, siempre dispuesto a tomar posesión de un alma. Después del Concilio Vaticano II, el dogma de la existencia del diablo pasó a ser una "parte vergonzosa de la doctrina" y, como tantos otros católicos, también yo prescindí de ella.
El exorcista, José Antonio Fortea, párroco de Nuestra Señora de Zulema, está exhausto. Y eso que sólo tiene 33 años. Pero lleva ya más de una hora luchando, crucifijo en ristre, contra Satanás. Marta (nombre ficticio de la posesa), en cambio, se encuentra tan fresca como al principio y no deja de rugir, bufar, revolverse y agitar su cuerpo como un resorte. Con una fuerza inusitada para una chica de 20 años, más bien menudita y de rasgos dulces. Son las 12,30 de la mañana de un día cualquiera y llevo hora y media presenciando un exorcismo.
Un par de días antes, recibí en mi móvil una llamada especial. Especial no por ser de un cura (recibo muchas), sino por ser de un exorcista católico (hay un par de ellos en España) que suelen mantenerse muy alejados de los periodistas. Quiere invitarme a presenciar un exorcismo. Me quedé de piedra. Asistir a un exorcismo oficiado por un sacerdote autorizado por el Vaticano es un auténtico caramelo para alguien especializado en información religiosa. Hasta ese momento y a pesar de llevar más de 20 años en la profesión, lo único que había conseguido fue entrevistar al exorcista oficial de Roma, el padre Gabriel Amorth. Ya entonces, al dedicarme su libro había escrito: "A José Manuel, con mi gratitud y con la advertencia de no tener jamás miedo del diablo".
Confieso que por miedo decidí devolverle la llamada al padre Fortea y pedirle que dejase venir conmigo a un compañero de la agencia EFE, también especialista en información religiosa. Aceptó. Nerviosos, el día señalado nos desplazamos en coche hasta la diócesis de Alcalá. Era un día radiante. Llegamos a la parroquia con mucha antelación. Cuestión de prepararse psicológicamente. Por el camino, bromitas y nervios. El exorcista nos había citado en su parroquia, una iglesia moderna, de ladrillo rojo, situada entre pinos. El interior, sencillo y limpio. Con un retablo y una gran cruz en medio. En un lateral, la pila del agua bendita con una inscripción: "El agua bendita aleja la tentación del demonio".
A las 10,30, el exorcista sale del templo y viene a nuestro encuentro. Es alto y delgado. Lleva gafas y una barbita bien recortada. Su aspecto impone. Quizá, por relacionarlo con su profesión de echador de demonios. Embutido en una sotana de un negro inmaculado, su tez blanquecina y su frente despoblada todavía resaltan más. Nos invita a dar un paseo para ponernos en antecedentes del caso.

Exorcismo a esposas raptadas





En Chechenia, muchas mujeres son raptadas, obligadas a casarse y luego sometidas a exorcismos para volverlas dóciles.

"Centro donde se practican exorcismos"
En la calle había decenas de autos estacionados. Una multitud pujaba por pasar las puertas de metal.

En el patio, mujeres llenaban botellas plásticas y garrafas con agua bendecida por el imán.

Cuando me descalzaba reparé en una placa de mármol en la pared que decía: "No hay mal que Alá no cure".

Adentro, familias se apiñaban en los sofás.

Habías caras llorosas. Hombres caminaban de un lado a otro. Parecía la sala de espera de cualquier hospital hasta el momento en que alguna chica comenzaba a temblar y contorsionarse.

Un hombre, entonces, la recogía y la cargaba hasta otro salón.

Alaridos espeluznantes llegaban desde el otro lado de una puerta de vidrio opaco, pero nadie se inmutaba. Gradualmente los gritos eran ahogados por cantos procedentes del Corán.

La mayoría de los "pacientes" eran mujeres jóvenes y muchas sufrían colapsos nerviosos tras haber sido obligadas a contraer matrimonio. Estaban dispuestas a ser exorcizadas.

Fallece maestro de exorcistas mexicanos



CIUDAD DEL VATICANO — Giancarlo Gramolazzo, presidente de la Asociación Internacional de Exorcistas y uno de los más importantes formadores de sacerdotes mexicanos dedicados a expulsar demonios, falleció en Roma a la edad de 65 años.
Según informó la Radio Vaticana el religioso italiano, quien fuera parte de la congregación de San Luigi Orione en la cual fue ordenado sacerdote en 1973, murió el pasado 8 de noviembre a causa de una grave enfermedad.